- 250 g de parmesano rallado
- 250 g de piñones
- 500 g de azúcar
- 145 ml de agua
- 12 hojas de gelatina, remojadas en agua fría.
- Una pizca de sal
Elaboración:
- Precalentar el horno a 180 ºC.
- Espolvorear el queso parmesano rallado en un Silpat o en papel vegetal.
- Hornear hasta que comience a dorarse ligeramente, unos minutos. Retirar del horno y dejar enfriar hasta que estén crujientes, luego colocarlo en una bolsa de plástico y aplastarlo hasta que queden migajas.
- En una sartén caliente tostar los piñones, aun calientes con ayuda de un exprimidor o un mortero extraer el aceite de los piñones. Colar y dejar enfriar.
- En un cazo mezclar el azúcar, 85 ml de agua y el aceite de piñones. Poner a fuego lento, hervir hasta alcanzar el punto de bola flojo (de 115 ºC a 118 ºC en un termómetro de azúcar).
- Mientras tanto, derretir la gelatina en 60 ml de agua a fuego lento, luego verter en un bol grande y comenzar a batir con un batidor eléctrico de varillas, sin dejar de batir añadir lentamente una pizca de sal y el almíbar de piñones.
- Continuar batiendo hasta que quede blanco y brillante, de 10 a 15 minutos.
- Verter la mezcla en un molde engrasado de unos 2,5 cm de alto. Dejar enfriar y desmoldar.
- Cortar en cubos de 2,5 cm de alto y rebozar en el parmesano, dejando dos lados descubiertos.
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